XI. Destrozo del restaurante
Valerie estaba con mucha energía positiva esa mañana en su camino al trabajo.
Iba en su pequeño mini Cooper escuchando al dúo Davichi y aunque no sabía absolutamente nada de coreano, eso no impedía que disfrutara de la hermosa melodía y de las canciones de amor.
Pero esa combinación de romance y Asia, la llevaba a pensar en esos ojos verdes intensos, que siempre la seguían por todo el restaurante, cada vez que cierto hombre iba a hacer sus pedidos estrafalarios de comida e incluso pagaba por su tiempo para que comiera con él.
¡Capitalista despilfarrador!
Las hermosas voces de Davichi, se vieron silenciadas por el tono de una llamada entrante de Elena.
- Dime amiga, ya estoy llegando al restaurante- le respondió con el manos libre, a pocas cuadras del local.
- Que bueno que ya vienes- le respondió con un suspiro y ya Valerie comenzó a preocuparse.
- ¿Qué sucedió?
- Creo que mejor lo ves con tus propios ojos cuando llegues- le dijo con pesar y Valerie aceleró para estar en el edi