Por Gonzalo
No puedo disimular lo que siento por Debi, no puedo controlar mis sentimientos.
La miro y me invade una especie de magia, debe ser magia negra por lo potente que es.
Pensándolo en serio…ella tomó la llave de mi corazón y de mis sentidos.
Fueron dos veces las que no me cuidé y en una misma noche.
La primera vez estaba celoso, Adrian probó sus labios y eso me dolió, hasta se lo reproche anoche, no me entiendo.
Era como una llaga en carne viva, la quiero mía, la necesito mía.
Ya lo habíamos hecho dos veces y estábamos charlando y a punto de dormir.
Se ofendió cuando le dije que las chicas jóvenes suelen ser más quilomberas, no sé si esa es la palabra, pero si son más temperamentales y es verdad que una mujer más grande, se maneja mejor en algunas situaciones.
Mi chiquita hermosa la pasó muy mal a causa de Marta y se enojó mucho cuando le expuse lo que pensaba, llamó vieja de mierda a Marta.
Estaba celosa de ella, no tiene porque estar celosa, porque de verdad, Debi me transpo