Por Débora
Entré a mi casa y tenía miedo que mi madre me huela el olor a semen y a sexo, por lo que rápidamente, antes de saludarla, me serví gaseosa.
Al menos mi aliento iba a ser dulce.
-¡Mi vida!, Te felicito…¿Sabías que te iba a proponer casamiento?
Me dice abrazándome.
Le devuelvo su sentido abrazo y siento todo su cariño y también su emoción.
Mi madre siempre me apoyó y me acompañó, también lo hizo mi padre.
-No,fue una sorpresa y me encantó.
-Claro, es lo que me pareció, también me alegra como te quiere Renata, es importante que te lleves bien con tu suegra.
-Es divina y pensar que a Marta la odiaba.
-Se debe haber dado cuenta que era una loca ¿Con Luz cómo se lleva?
Mi madre quiere saber sobre mi familia política y creo que eso es normal.
-Excelente, van a almorzar juntas, cada tanto, sabés qué Luz es divina.
-Anoche parecía molesta.
Al parecer todos se dieron cuenta de la situación que creó mi amiga.
-Es que Leyla no dejaba de acercarse a Tiziano, lo buscó toda la noche.
-No