Ariane
- ¿Por qué me has dormido? ¡Solo soy una pobre mujer, no podré hacer nada contra ustedes!
- ¡Es por su propia seguridad, señora! No es nada personal. ¡Son las órdenes que hemos recibido!
Los miro y analizo sus gestos así como su comportamiento.
- ¿A dónde vamos?
Él me sonríe:
- Lo siento, señora, no podemos decirle nada.
- Ya veo, ¿dónde están mis pertenencias?
- ¿Se refiere a su bolso que contenía su teléfono y sus documentos de identidad?
- Sí.
- Aquí están sus documentos personales para el teléfono, y su bolso lo hemos dejado atrás. Pero no se preocupe, ¡pronto tendrá todo lo que desee!
- ¿Quién es su jefe?
- Lo siento, no podemos...
Lo interrumpo, porque estoy furiosa, no logro sacarles nada.
- Lo sé, no pueden decirme nada.
Yo que pensaba que podría escapar rápidamente para reunirme con mi amado.
Aún no hemos llegado a nuestro destino, no pierdo la esperanza. En cuanto tenga una oportunidad, la aprovecharé.
John
Según mis informaciones, ellos están en uno de mis jets fleta