Capítulo 237: Tienes tanto deseo como...
Héctor
Emite un largo grito, sus lágrimas fluyen abundantemente, sus mocos se unen a la danza.
- ¿Por qué lloras? Sabías muy bien lo que te esperaba si te atrapaban.
Entonces, de la misma manera que te encantó tomar ese dinero, ¡pues debes adorar el castigo que viene con ello!
- Le suplico, señor, le suplico, piense en mis hijos.
- Qué gracioso, ¿y tú, pensaste en tus hijos cuando llenabas tus bolsillos con mi dinero? ¿Pensaste en el futuro si morías? ¿Pensaste en lo que podría pasarles si ya no estabas para proveerles? ¡No, solo pensaste en ti!
Tomo el cuchillo que clavo en el otro muslo. Él emite un grito que me deja sordo durante unos minutos.
- ¿Puedes dejar de gritar? ¡Me fatigas los oídos! ¡Mírame! Levanta la cabeza para mirarme:
- Cuando querías mi dinero, ¿no estabas contento?
No me responde:
- Ves las consecuencias de la medalla, ahora debes asumir las consecuencias de tus actos. Debes estar contento, como lo estabas cuando me lo querías.
Te voy a dar una oportunidad de devol