Héctor
Ella no puede embrujarme sin asumir las consecuencias, debe quitar todos los hechizos que me ha lanzado.
Maldita sea, cuánto me has hecho falta, sí, me has hecho falta.
Nada más importa que este calor en el que me encuentro, tan acogedor, tan dulce...
me pierdo en una nube de copos de estrellas, donde floto, floto, oh, Dios mío...
Pierdo la cabeza, no tengo más cabeza, solo hay estrellas, estoy en la luna...
Mis movimientos se vuelven más vivos, más oscuros, más voraces...
estoy casi allí... yo... yo... oh...
maldita sea...
- humm... ohhhh... sí... sí... más rápido... ohhh... sí... Héctor...
Maldita sea, cuando escucho mi nombre salir de su boca, no me contengo más,
llenando su pequeño coño con mi semen.
- ohhh... mi querida... ohhh... sí... sí...
Termino por desplomarme sobre ella, es intenso, más intenso que la última vez.
Me encanta hacer el amor con ella, me encanta su olor, me encanta el olor de su coño, maldita sea, me estoy volviendo adicto a ella.
Me retiro suavemente,