Sarah
Cuando lo escucho hablar así, siento algo, me siento más viva. Tengo la impresión de que ella me ha dado el valor que me ha faltado durante años, o soy yo quien ha decidido tomar las riendas para que estos dos hombres no se me escapen. Son míos, me han elegido. Así que debo mostrarles quién manda aquí.
- Estoy lista, podemos irnos.
Lo levanto con determinación y abro la puerta, soy recibida por mis prometidos, ¡son tan guapos! ¿Es cierto que estos dos hombres hermosos son míos? Tengo que pellizcarme para estar segura.
- ¡Hola, princesa! Espero que hayas dormido bien.
- Hola, mi amor.
Miro a los dos hombres de mi vida y me pregunto cómo podría reconocerlos, ya que son idénticos. Pero como Tara y yo, sé que son diferentes por dentro. Así que, para diferenciarlos mejor, tengo que aprender a conocerlos.
- Hola, no conozco sus nombres, ¿cómo se llaman?
- Yo soy Samuel y este imbécil es Simon.
- Encantada de conocerte. Quiero aprender a conoceros antes de la boda.
- Eso es todo lo que