Liam está mirando muy seriamente a los ojos de Rebecca y, muy a su pesar, ella siente cómo su enojo se va disipando poco a poco.
“¿Por qué, por qué demonios no puedes mantenerte fuerte? ¿Por qué no puedes mantener las defensas alzadas? ¿Por qué no puedes seguir molesta y ponerle las cosas lo más difícil posible? Eso te ayudaría mucho a no llorar, pero eres una tonta, Rebecca Martin”. Se reprende ella para sus adentros.—La verdad es que no, no es bueno para Maya, ella disimula, pero es muy lista y se da cuenta de todo. No estamos creando un ambiente sano para ella y más toxicidad de la que le brinda su madre con la comida es lo que menos necesita en estos momentos.—Fuimos unos estúpidos anoche —comienza diciendo él.—Perdón, ¿fuimos?—No me refiero a la discusión de anoche, me refiero a nuestra falta de control cuando se supone debíamos cuidar de Maya.—Bueno, ahí tienes un buen punto, si algo le hubiese sucedido, me habría sentido muy culpable. No tuvimos c