Esa noche antes de irse a su casa, en su oficina, Laura reflexionaba en todo lo que ha pasado y lo que puede pasar en la empresa “Los Laureles” tambien revisaba los puntos clave de su presentación y reflexionaba sobre las palabras de Alex. Sabía que, aunque él no le había dado un elogio explícito, su reconocimiento sutil era un indicio de que su trabajo había sido tomado en serio. La sensación de haber logrado algo importante la llenaba de una energía renovada.***Al día siguiente, en su rutina habitual, Laura se encontró con Alex en el pasillo. Él la miró con una expresión que, en otra circunstancia, podría haber sido indiferente, pero que ahora contenía una chispa de reconocimiento.“Buen trabajo ayer, Laura” —dijo, simplemente.Ella sonrió, sintiendo que aquel elogio, aunque breve, era un paso más en la construcción de su confianza y en la apertura de un camino que aún le deparaba muchas sorpresas.Con ese pequeño pero significativo reconocimiento, Laura comprendió que la percepci
La mañana amaneció radiante, iluminando la ciudad y el corazón de Laura. Una energía nueva la abrazaba, como un abrigo cálido que la motivaba a levantarse y enfrentar el día con una actitud decidida. Había pasado noches enteras preparando su presentación, analizando cada cifra y cada propuesta con meticulosidad, sabiendo que no solo se trataba de una cuestión de trabajo, sino de demostrar su potencial a sí misma y a los demás.A medida que se vestía, eligió cuidadosamente un conjunto que reflejara un look más profesional: un blazer bien ajustado y una blusa de colores suaves. Se miró en el espejo y sintió que esa imagen proyectaba lo que quería ser: una profesional en el mundo del maquillaje, lista para asumir más responsabilidades y defender sus ideas.Al llegar a “Los Laureles”, la familiaridad del entorno la envolvió, pero había una diferencia palpable en su postura. Caminó con paso firme, mostrando una nueva actitud que no pasaba desapercibida para sus compañeros. Al cruzarse con
La mañana comenzó con un aire de expectativa en “Los Laureles”. Laura llegó al edificio con una determinación renovada, lista para enfrentar el desafío que se avecinaba. Se trataba de un nuevo proyecto crucial: el desarrollo de una línea de maquillaje innovadora que marcaría un antes y un después en la empresa. Sus ideas creativas y pasión por la belleza la impulsaban a superar cualquier obstáculo, sabiendo que esta innovación podía cambiar su carrera y la industria. El equipo la esperaba, ansioso por comenzar a plasmar esa visión revolucionaria.Con una sonrisa cálida, se acercó al grupo y saludó:— ¡Buenos días, equipo! Espero que hayan tenido un excelente descanso. Hoy es un día importante y confío en que juntos lograremos algo verdaderamente revolucionario. ¡Vamos con toda la energía!Sus palabras reflejaban su entusiasmo y confianza, contagian a todos y les recordaban que estaban en el umbral de un proyecto que podía cambiar sus vidas y la industria de la belleza. La colaboració
Mientras tanto, Laura aprovechó algunos minutos para revisar las tendencias del mercado en su portátil, buscando inspiración y nuevas ideas. La creatividad fluía naturalmente, pero también sabía que la innovación requería disciplina y trabajo constante.Al mediodía, el equipo decidió salir a almorzar juntos, aprovechando la oportunidad para fortalecer la relación y compartir ideas de manera más informal.“¿Qué tal si pensamos en un nombre para la línea que refleje su carácter innovador y sostenible?” —preguntó Mariana, mientras caminaban hacia un restaurante cercano.Laura pensó un momento y sonrió.“Me encanta esa idea. Quiero que el nombre transmita confianza, frescura y respeto por el medio ambiente. Algo que también sea fácil de recordar y tenga impacto.”Alex se unió a la conversación.“¿Qué tal “Evolución”? Refleja el progreso, la innovación y la transformación. Además, podemos jugar con diferentes conceptos en la campaña.”“Me gusta” —dijo Laura—. “Suena fuerte y positivo. Pero
El sol ascendía con suavidad, tiñendo el cielo con tonos cálidos mientras la ciudad despertaba lentamente. En “Los Laureles”, el ajetreo comenzaba temprano. El equipo de trabajo llegaba con energía renovada, entusiasmado por los próximos proyectos que prometían llevar la marca a nuevas alturas. Laura, en su escritorio, revisaba los informes de ventas de la semana anterior.Cada cifra, cada análisis le confirmaba el impacto positivo de la nueva línea de maquillaje, pero para ella, lo más importante eran los mensajes de los clientes. Ver comentarios sobre cómo los productos habían ayudado a las personas a sentirse más seguras y auténticas le llenaba de orgullo.Mientras organizaba la agenda del día, su teléfono vibró con un mensaje de Alexander. **“Reunión con el equipo de diseño en 30 minutos. Tenemos una propuesta interesante que quiero discutir contigo”**. Laura sintió una mezcla de emoción y nerviosismo.Desde que había asumido su rol como asistente administrativa, Alexander le hab
“Sinceramente, me siento muy motivada” —respondió Laura con sinceridad—. “Es un desafío, pero también una oportunidad para aprender y crecer. Siento que de alguna manera estoy empezando a construir mi camino aquí.”Carlos, que siempre tenía una palabra de aliento, la miró con una sonrisa.“Eso es lo más importante. Cuando uno se siente parte del proceso, las cosas cambian. Además, tienes ideas muy buenas. No te desanimes si a veces parece que todo va muy rápido. Lo importante es mantener ese entusiasmo.”El grupo regresó a sus puestos de trabajo alrededor de la una y media de la tarde, listos para continuar con sus tareas. Laura volvió a su escritorio, donde los informes de ventas la esperaban para ser revisados en profundidad. Su mente aún resonaba con las ideas que había compartido en la reunión, y pensaba en cómo podía contribuir a que la campaña fuera aún más efectiva.Pasaron varias horas en las que cada uno se concentró en sus actividades. Laura se dedicó a recopilar datos, hace
El sol apenas comenzaba a teñir el cielo con tonos dorados cuando Laura abrió los ojos. El sonido del despertador resonó en su habitación, suave pero persistente. Se estiró lentamente, disfrutando por un instante de la calidez de su cama antes de incorporarse. A su lado, el móvil mostraba las notificaciones del día: correos, recordatorios, y el mensaje de Marta confirmando la reunión de la tarde. En la habitación contigua, Sofía también comenzaba su día. Entre bostezos y movimientos apresurados, salió de su cuarto y se encontró con Laura en el pasillo. “Buenos días, dormilona” —saludó Sofía con una sonrisa mientras pasaba una mano por su cabello desordenado. Laura rió, aún medio dormida. “Buenos días. ¿Lista para otro día de disecciones y casos médicos?” Sofía hizo una mueca mientras caminaban juntas hacia la cocina. “Ojalá fuera solo disección. Hoy tengo una evaluación de diagnóstico clínico, y no estoy segura de que mi café pueda salvarme esta vez.” Laura sirvió dos ta
Laura avanzó con curiosidad mientras Alex se acercaba a una estantería de cristal en el fondo de su oficina. Abrió una carpeta con algunos diseños preliminares de la nueva campaña. “Mira” —dijo, señalando una imagen en la que el concepto central estaba destacado. Laura se inclinó ligeramente para verlo mejor, y en ese instante, Alex se movió también para tomar otro documento. Sus cuerpos quedaron peligrosamente cerca. El roce fue sutil. Apenas un contacto entre su brazo y el de Alex, pero la energía que se desplegó entre ellos fue instantánea. Laura sintió el escalofrío recorrer su piel. Ella giró levemente la cabeza, y cuando lo hizo, se encontró con la mirada de Alex, más profunda de lo usual, cargada con algo que jamás había visto antes. “Lo siento” —susurró ella, intentando moverse. Pero Alex no retrocedió. El aire entre ellos cambió, se volvió denso, atrapándolos en un universo que existía solo en ese momento. “No fue nada” —murmuró él, con una voz más baja, más g