El viento de la mañana golpeaba las ventanas del despacho de Javier mientras revisaba los documentos que acababa de recibir. La luz tenue de la lámpara de su escritorio destacaba la preocupación en su rostro. A pesar de sus esfuerzos por consolidar su poder dentro de Aureum Corp., las sombras que se cernían sobre él no dejaban de alargarse. La amenaza de Nicolás Valverde no era algo que pudiera tomarse a la ligera. Javier no solo tenía que enfrentarse a un enemigo con recursos y contactos, sino también a su propio círculo, que parecía ser cada vez más incierto.

Había algo que no lograba entender. Aunque Nicolás parecía estar jugando un juego con las piezas de su padre, algo no cuadraba. Las acciones de Nicolás no eran simplemente por venganza, como Javier había pensado al principio. Había algo mucho más profundo detrás de todo eso. Javier sabía que no podía seguir a ciegas, debía ir más allá, descubrir qué motivaba a su enemigo y cómo podía usar esa información a su favor.

El teléfono