Capítulo 21— No lo permitiré
Narrador
Llegando a casa tras la amarga decepción de que Killian no asistiera a la cena a la que él mismo la invitó, Eirá bajó de su auto agotada. Su día no había sido para nada sencillo y lidiar con él, solo complicó todo. Subiendo las enormes escaleras que llevaban a la puerta de la mansión, Drayton aferró las manos a su bolsa, sabiendo que su madre empezaría a hacerle preguntas por la hora de su llegada, pero sabiendo cómo enfrentarla, soltó una bocanada de aire resignada antes de entrar.
Su madre, Rosalía, detestaba a Aldé con todas sus fuerzas, sobre todo después de comprometerse con Sofía en la fiesta de aniversario de la empresa. Abriendo finalmente la puerta, Eirá ingresó en la enorme estancia y escuchando cómo el lugar era inundado por las risas de su madre y un caballero que le sonó muy familiar. Dio un par de pasos hacia el comedor de donde provenían.
— ¿Iker?
Reconociéndolo enseguida a pesar de encontrarlo de espaldas a ella, Eirá preg