Capítulo 78— Destino
Narrador
King se acercó sin vacilar. En dos pasos ya la tenía acorralada contra la puerta. Su cuerpo frente al de ella, sin tocarla aún, pero tan cerca que podía sentir su respiración chocar.
—Que te amo, Eirá. Te amo como un maldito demente —Siseó sobre su piel. A lo que la respiración de Eirá se agitó.
Elevando su mentón trató de parecer serena cuando en el fondo el regocijo la invadía, y remojando sus labios en un intento de mantener la calma, respondió:
—Dilo de nuevo... Más alto... Quiero escucharlo otra vez.
Adams, sin resistirse más, la tomó del rostro con brusquedad y le estampó un beso feroz, cargado de todo lo que se había estado guardando. No le dio espacio ni al aire. La besaba con furia, con hambre, mientras el calor entre las piernas de Eirá ya le había subido por el abdomen. Sentía el pulso latirle en lugares que no podía controlar. King levantó su falda sin pedir permiso. La subió por sus caderas con las palmas abiertas, dejando al descu