Capítulo 41— No es ella
Narrador
Llegando el día del matrimonio de Killian y Sofía, mientras él se preparaba para atarse a una mujer que no amaba, Eira llegaba a la pequeña compañía. Deseaba ocupar su mente, olvidar que en ese momento el hombre al que le dio todo de sí caminaba al altar con otra, otra mujer que no era ella.
Ingresando en su oficina pretendía distraerse para no pensar en ello, y unas horas después, Iker también ingresó pero esta vez con una enorme canasta de fruta en sus manos lista para consumir. La primera reacción de Eira fue sonreír, pero una vez llegó a su lado, Vael le explicó:
— Como te has sentido mal y no te has alimentado lo suficiente, me he propuesto cuidar de ti meticulosamente. Me encargaré de vigilarte ya que Rosalía me hizo prácticamente jurarlo.
Negando al ver que no habría forma de molestarse con él, Eira se acercó a Iker y, tomando una manzana muy apetecible a simple vista de la canasta, la agitó antes de responder:
— Y aceptaré porque de verda