Capítulo 40— Ya no dolía como antes
Narrador
Eira, al amanecer, sin más opción tuvo que ir a la oficina. Por más que quisiera evitar a Vael por lo sucedido la noche anterior, no podía, siendo compañeros. Llegando a su lugar de trabajo, la faena inició, y centrándose en montones de papeles parte de la mañana también. Por supuesto, Iker la noche anterior inundó su teléfono de llamadas y mensajes que, ignorando estos, durmió placidamente.
Lo que necesitaba que entendiera ya lo había dicho, y dejando ese tema atrás, pretendía avanzar sin tener que estarlo repitiendo. Escuchando unos minutos después cómo su puerta era tocada ligeramente, Eira pidió seguir sin siquiera ver de quién se trataba, e ingresando Iker a la oficina se mantuvo en el mismo punto antes de decir.
— Disculpa que te moleste, pero quería saber si aún estás molesta conmigo... Si seguirás ignorando mis llamadas y mis mensajes por la estupidez que hice anoche.
Apretando sus labios ligeramente al sentirse un poco más cal