V.
Sandra Torrini
20 de diciembre
Me arreglo el abrigo mientras me siento frente a aquella lápida blanca y pulcra, suspiro y leo el nombre de mamá “Catrina Isabel Palma de Torrini 1950 – 2012” acaricio la lápida y luego dejo unas girasoles, las que siempre fueron las favoritas de mamá y sonrío de lado mientras siento una presión en el pecho y tengo ganas de llorar.
-Como quisiera que estuvieras aquí a mi lado, no sabes como necesito un abrazo tuyo mamá – susurro con la voz ronca y rota – tenías razón y Alfredo no era para mí, siempre tuviste razón pero nunca lo quise ver – suspiro y miro al cielo que se nubla – no sé como seguir mamá – digo volviendo la vista a su tumba – mi única calma son mis hijos y Evelyn que no me suelta la mano – sonrío pensando en mi hermana – pero cuando cierro la puerta de mi habitación y estoy sola, ya la historia es otra y me siento horrible, lloro hasta dormir y ya no soporto este dolor – mi voz se quiebra y comienzo a llorar –
Hablo con mamá un buen rato y