Pero, a diferencia de otras veces, no siento miedo por lo que pueda suceder, ya que, Edmond parece sanado completamente y a mi alrededor hay suficientes Nymwere para acabar con las tonterías de Robert.
— No te preocupes por lo que tenga planeado hacer, los Nymwere…— Yo me haré cargo de este desgraciado.— ¿Estás loco? Es un ejército. — me quejo de inmediato.— Si no puedo protegerte de mí misma especie, ¿para qué sigo con vida? — pregunta Edmond molesto.Su orgullo le impide aceptar algún tipo de ayuda, así que, yo me limito a asentir, para no hacerlo enojar cuando son nuestros últimos minutos juntos.— Es lo mejor, Antonella. Ya que, no es un asunto de nuestra especie, no es necesario meternos. — dice Ever.— Tampoco les voy a pedir que me ayuden. — dice Edmond y de inmediato, me besa y abraza para alejar