Realmente no tengo la más remota idea, si es que yo soy terrible vengándome o es que Edmond me conoce tanto que anticipa cada una de mis movimientos. Pero de lo que sí estoy segura es que no voy a retroceder.
‘Él no lo hizo aunque lo sabía, así que, que no me culpe si grita demasiado.’ Me digo mentalmente.Edmond acaricia suavemente mi cuerpo utilizando solamente dos dedos y es esa la estimulación suficiente para hacer que mis piernas se debiliten y yo deba aferrarme a sus músculos para no caer.‘A veces es tan molesto que tenga tanto poder sobre mí.’ Me quejo mentalmente.— Entonces, querida esposa, ¿Quieres matarme primero de placer y después del sufrimiento o cómo hacemos? — pregunta Edmond liberando todas tus feromonas que me sorprende no estar tosiendo en estos momentos.— Edmond, estamos en un spa. — le recuerdo.&mda