Haidar miró a Jamal con una expresión pensativa, atrapado en sus propios pensamientos. Jamal, al notar el cambio en su amigo, frunció el ceño y le preguntó:
—¿Por qué te has quedado tan pensativo, amigo? Pareces distraído.
Haidar suspiró, dejando caer la cabeza hacia adelante antes de responder.
—Lo que sucede es que todavía recuerdo que ni siquiera le he dado un anillo a Brenda. Ni un anillo de compromiso, ni un anillo de casados. Nada en absoluto. Todo comenzó con una mentira, y desde entonces, simplemente le he quitado importancia a esos detalles.
Jamal arqueó una ceja, sorprendido por la revelación.
—No puedo creerlo, Haidar. ¿De verdad? ¿Nunca le has dado un anillo? Ella debe haberse preguntado sobre eso, sin duda.
Haidar se pasó una mano por el cabello, frustrado.
—Sí, un poco. Pero la verdad es que, en su momento, pensé que no era tan importante. Además, he estaba tan ocupado en mi trabajo que no le puse reparo a esos detalles.
Jamal se inclinó hacia adelante, apoyando lo