Brenda tomó un sorbo de su té mientras Aisha terminaba su relato. Había escuchado cada palabra atentamente, sintiendo cómo las piezas del pasado de Haidar empezaban a encajar. Sin embargo, también entendía que lo que Aisha le había contado era solo una parte de la historia, y que había mucho más que Haidar guardaba en su interior.
—Aisha, gracias por decirme todo esto. Sé que para ti también debe ser muy difícil hablar de algo tan doloroso, especialmente porque se trata de tu familia y de algo que Haidar aún no puede compartir conmigo —confesó con sinceridad, agradecida con ella.
Aisha asintió con una leve sonrisa.
—Exactamente, Brenda. Y te lo digo porque he visto lo preocupada que estás. Mi sobrino puede tardar mucho en abrirse completamente contigo, pero al menos ahora tienes una idea de lo que pasó. Él no guarda silencio porque no confíe en ti, sino porque el dolor de revivir esos momentos lo paraliza.
Brenda suspiró profundamente. Sentía una mezcla de alivio por saber más y trist