—Te dije que no pusieras a prueba mi paciencia. No hagas nada precipitado. Recuerda tu posición. Manejaré a Lara de acuerdo a tus deseos.
Al cabo de un rato, las palabras sentenciosas de Anthony hirieron profundamente el corazón de Katherine.
—Anthony, no entiendo lo que quieres. ¿Me quieres muerta? ¿Me estás torturando para vengarte? ¿Qué es? —Katherine forzó una sonrisa, pero su sonrisa era pálida e impotente—. Mi madre ya está muerta. ¿No es suficiente? Torturaste a mi padre y ahora no me dejas en paz. ¿Tengo que morir para que me dejes ir?
Katherine siguió hablando con voz tranquila y uniforme.
Pero a Anthony le afectaron mucho sus palabras y no pudo mirarla a los ojos.
—Olvidaste tu lugar, y este es tu castigo. Como dije antes, si te comportas, puedo darte lo que quieras.
Sin que él mismo se diera cuenta, su tono de voz se había suavizado.
Sin embargo, Katherine seguía oyendo sus palabras como una amenaza y una tortura.
—Vuelve conmigo. Puedes hacer lo que quieras con Lara. Sólo