Tras tomar aire fresco, Katherine respiró con dificultad. No podía ver la expresión de Anthony en la oscuridad, pero en ese momento sólo quería mantenerse alejada del lunático.
—¡Bastardo! —Katherine tenía los ojos enrojecidos, la voz ronca y ganas de llorar, pero su razón le decía que se controlara. Se sentía humillada.
Esto la hizo más infeliz.
Sospechaba que era el nuevo método de Anthony para torturarla.
La expresión de Anthony era sombría. Creía que Katherine entendería sus sentimientos, pero se mostraba tan reacia, lo que le disgustaba.
—Me odias tanto, ¿verdad?
Sonaba peligroso.
Katherine podía sentir que Anthony estaba enfadado. Se puso nerviosa e inconscientemente quiso retroceder.
Al ver esto, Anthony se acercó. Estaban tan cerca que Katherine podía sentir el cálido aliento de Anthony. Siguió retrocediendo hasta que sintió la fría pared. Su pierna chocó con el borde de la cama. El dolor le hizo temblar el cuerpo.
—Contéstame.
El hombre era como una bestia rugiendo en la noch