Se escuchó un decidido golpeteo en la puerta, Walter levantó el rostro sorprendido, ¿sería su asistente de nuevo?, comenzó a mover las cartas rápidamente escondiéndolas bajo unos papeles que tenía sobre el escritorio.
Las carpetas con las sentencias las dejó por encima para que no se viera sospechoso.
— ¡Pasa! — Voceo mientras se aseguraba de no se viera nada raro en el escritorio.
— ¿Walter? — Se asomó Nicole con cautela.
Walter se levantó de su asiento de un sobresalto, entre todas las personas de esa empresa, con quien menos pensaba encontrarse y precisamente en ese momento, era con su exesposa.
— ¿Qué…?, ¿qué haces aquí? — Preguntó intentando mostrarse serio.
Nicole entró en la oficina, con la cabeza en alto y sin titubear.
— Me enteré de que tu abogado me estuvo buscando… — Inició Nicole. Walter apretó los labios, incómodo, seguramente su asistente le había ido con el chisme. — Y trajo la sentencia de divorcio, tengo entendido que tú tienes mi copia.
— ¿Y eso qué?, ¿acaso