El accidente que sufrió Elea sumió a Axelle en la desesperación. Mientras esperaba en el hospital, Axelle permaneció en silencio, reflexionando sobre todo lo ocurrido. Además de la culpa que la carcomía, Axelle sentía una profunda curiosidad, ya que desde que Elea fue declarada crítica, no había visto sinceridad por parte de su familia.
Arthur solo la visitó brevemente para expresar su pésame por lo sucedido, pero Axelle no percibió ninguna preocupación del hombre por su hija moribunda. La compasión y la sinceridad provenían de las asistentes domésticas, quienes se turnaban para visitar a Elea y rezar por ella, a pesar de que no podían verla directamente.
Solo una persona tenía permitido entrar a la habitación de Elea; el resto solo podía verla a través de la ventana de cristal. Axelle permaneció constantemente con Elea en la unidad de cuidados intensivos, rodeada de equipos médicos que mantenían con vida a Elea, quien aún no estaba fuera de peligro.
"Señor, por favor, no deje a la se