Aunque la ciudad estaba cerca, la manada vivía en una zona externa, en las montañas; las oficinas que usábamos para trabajar estaban oculta en una casa residencial bajo la cual se habían construido dos pisos y un bunker; el mismo que usábamos para almacenar los servidores.
Estábamos a varios kilómetros del palacio de la realeza, Ragnar siempre insistió en que estuviéramos más cerca pero me gustaba la distancia. La manada de mi padre migró a su territorio, aunque un par de familias aún permanecen en la zona original.
“Esta mierda es ridícula, deberíamos estar trabajando en lugar de estar buscando solucionar problemas de faldas”.
Era una pequeña ciudad