Podia escuchar a Leo poniendo al corriente con las novedades a Samuel y a mi, pero no estaba del todo presente. Solo deseaba largarme y luchar contra mis propios demonios.
-Estás distraido, ¿todo bien?. - Ragnar me miraba fijamente.
“Debe darse cuenta, luzco del carajo”.
“Y eres un asco, a juego”, maldije para mis adentros; Amarok tenía razón. Estaba sucio por dentro.
-Si, solo estoy cansado por correr las pruebas del programa de vigilancia. - me froté los ojos intentando desviar el tema, pero Ragnar no se lo creyo. Se enderezo levantando el rostro prepotente y se cruzó de brazos, suspiró ruidosamente.
Conocia ese sonido, esa expresion y el aroma que lo acompañaba. Me sacaria la mierda a golpes así que era mejor cooperar.
“Carajo, carajo, ¡carajo!, ¡CARAJO!”.
-Esta bien, tu ganas. No, no estoy bien. - me rasque la nuca. - ¿Crees en las maldiciones?. -
Tenía una expresion de confusion y furia contenida; hacía años que dejamos de ser niños crédulos. Exhale ruidoso y me fui a tirar a l