Nathan POV:
La música atronaba, las risas eran demasiado estridentes, el champán demasiado amargo.
Cada tintineo de copa, cada risita fingida, cada palmada de felicitación en la espalda de Agatha me dolía como un puñetazo en el estómago.
Estaba en la sombra, como un fantasma en este festín opulento, viendo cómo la vida que había tirado por la borda se desarrollaba ante mis ojos.
Y allí estaba ella, el centro de todo, radiante con un vestido negro que se ceñía a cada curva.
Agatha.
Mi Agatha.
Riendo, sonriendo, sus ojos brillando con una alegría q