Mundo de ficçãoIniciar sessãoCuando el carruaje al fin se detuvo, se encontró con que lo había hecho ante una clase de edificio. La construcción no solo se encontraba deteriorada y en mal estado, sino que además tenía una apariencia verdaderamente clandestina.
—¿Qué es este sitio? —le cuestiono, sin poder esperar ni un solo segundo más.
Thomas, en cambio, no pronuncio palabra alguna y es que tan solo la vio un instante antes de bajar del carruaje.
—Sígueme —le ordeno, una vez se encontró parado en la calle.
—No iré a ningún lado hasta que me digas que es este lugar y lo que hacemos aquí —le respondió, sin estar dispuesta a mover ni un solo dedo; no sin antes descubrir lo que estaba pasando.
—Bajaras por tu propio pie o te llevare sobre mi hombro de ser preciso, tú lo decides —le concedió, mientras abría la puerta con lentitud.
—No, no lo are —se negó con firmeza.
—Sera por las mal







