Cuando regresaron a la casa, Catherine se dirigió sin demora hacia la puerta. Si bien había tratado de mantenerse en calma, la verdad es que todo cuanto deseaba era recostarse en su cama. Necesitaba dormir y olvidarse del mal momento que acababa de pasar.
Fue de ese modo, hasta que vio como Thomas se detenía a la mitad del camino de entrada.
—¿Pasa algo? —le cuestiono extrañada.
—La verdad es que no quiero entrar en la casa, no aun —reconoció.
—Es clima es bueno, la luna se encuentra brillante en el cielo. Me gustaría caminar un poco por el jardín, ¿querrías acompañarme un momento? —le propuso.
Al escucharlo, no fue capaz de negarse y solo le tendió la mano con una sonrisa. Thomas se la sujeto sin demora y comenzaron a caminar por el jardín, el cual se encontraba ilumina