Ambas continuaron platicando el resto de la tarde e incluso cenaron solas. Habían sido informadas por uno de los sirvientes, que él había salido de la casa y nadie parecía tener idea de adonde.
Era tarde cuando se dirigieron a sus habitaciones, pretendiendo descansar. Sin embargo, Catherine se encontraba más bien nerviosa por regresar a esta y es que recordaba muy bien lo ocurrido entre ella y Thomas la noche anterior. La verdad es que, durante todo el día, no pudo evitar temer de vez en vez que él lo hubiera recordado todo. No tenía la menor idea de cómo reaccionaría de ser el caso, de lo que aria.
Era tal su nerviosismo, que estuvo a punto de entrar en la puerta equivocada. Lo cierto es que lo habría hecho de no ser por Élise, quien la detuvo.
—Esa no es tu habitación —le hizo notar.
—El cuarto de mi hermano esta al