Un rato después, ambos bajaron al comedor. Élise ya los esperaba ahí, charlando animadamente con su nana.
—Buenos días —lo saludo con una cálida sonrisa.
—Buenos días —respondieron estos al unisonó.
Thomas se sentó en la cabecera de la mesa, con su hermana a un lado y Catherine al otro. Luego de solo un momento silencio, Élise volteo a ver su hermano con cariño.
—No sabes cuánto te he echado de menos —le dijo con genuino afecto hacia él.
—Y yo a ti —le respondió este con amor.
Era la primera vez que Catherine veía ese tipo de afecto en él y es que si bien había visto la forma cariñosa que trataba a su nana. El verlo con su hermana era algo muy diferente, la veía con ternura y hasta dulzura; algo que sin duda no pod&ia