John no tardo en darse cuenta de que Catherine no se movía, no hacia ningún afán por entregarle las pruebas que le pedía. Decidió pues demostrarle que hablaba mas que en serio y tomo una daga para colocarla en la garganta de Harriet.
Al sentir el rio metal contra su piel y teniendo mas que en claro lo que su padre pretendía hacer, esta lanzo un grito y lloro con aun mas fuerza.
—Vamos, haz lo que te digo o comenzare a perder la paciencia —le advirtió con severidad.
—Por favor, papá. No hagas esto —imploro Harriet desesperada.
Desdichadamente John era inmune a sus ruegos y a su dolor. Apenas y la volteo a ver, para luego colocar el cuchillo con aun mas fuerza en su garganta. Esta fue tanta que la sangre pronto comenzó a fluir, causando que Catherine se sintiera cada vez más asustada por eso.
—Deténgase, det&e