Catherine sabía muy bien que su padre no era un hombre con el que se pudiera jugar y es que intentarlo siquiera podría traer terribles consecuencias. Las cuales no estaba dispuesta a correr, no cuando su hijo estaba de por medio.
Al llegar a la casa, se dirigió de inmediato al despecho y es que sabía que era ahí donde lo encontraría. Faltaba algún rato para la hora marcada, pero no podía dejar ni un momento más a su pequeño con él.
Mientras andaba no pudo evitar reparar en el hecho de que la casa parecía encontrarse vacía, mismo que llamo a su atención. Aunque la verdad es que no le sorprendió del todo, no cuando lo conocía y sabía que no desearía que nadie se interpusiera en su camino. Nadie debía ser consciente de lo que ahí sucedía y mucho menos podia intervenir.
Entonces de pronto escucho el llanto desconsol