Esa tarde, Catherine se encontraba en la sala descansando un poco. Cuando de pronto vio aparecer a su hermana ante ella.
No tuvo oportunidad de saludarla o cuestiónale su presencia ahí, cuando se dio cuenta de cuenta de que sus ojos apenas podían contener las lágrimas. Algo le estaba pasando sin duda y eso le angustiaba en verdad, pues parecía muy afectada.
—¿Pasa algo? —le cuestiono, mientras se ponía en pie para acercársele.
Sin embargo, todo lo que ella pudo hacer fue comenzar a llorar desconsolada. No podía pronunciar palabra alguna y es que todo lo que salía de sus labios eran sollozos, mismos que preocuparon aún más a Catherine.
La forma en que lloraba, la desesperación con que se sujetaba a sus manos le rompía profundamente el corazón. No necesitaba escuchar su respuesta para tener más que en claro que