82 Esa voz...
— Hágala pasar — James había dado la autorización para que Astrid pudiera venir hasta la oficina de Isabella.
La chica Lennox se quedó impávida, petrificada como una estatua de una sola pieza.
— ¿Qué? ¡No! James no me hagas esto — Isabella rogó aferrándose a las mangas de su saco — No podré, mis nervios están a flor de piel esta mañana.
James la miró con seriedad, pero sin perder la ternura que sentía por ella.
— Isa, escúchame… solamente tienes que seguirme la cuerda, ¿Vale? Me inventaré algo para justificar que no la recibas y los sacaré de aquí, es fácil, no te preocupes, pero debes prometerme que te preparará mentalmente para esto, hoy puedo retrasarlo, pero no creo que la próxima vez…
— ¡De acuerdo! Te prometo que la próxima vez estaré preparada para actuar frente a ella — Le dijo tratando de convencerse a sí misma — James…
— ¿Sí? — La mirada tierna de James y la forma en la que la sostenía casi le hacen olvidar que estaba molesta con él.
— Gracias… por todo — apenas susurró.
— N