Capítulo237
Cicero, mientras hablaba, no podía evitar atragantarse de comida, narrando los eventos sucedidos de manera fragmentada.

Continuó explicando que, cuando los pequeños mendigos comenzaron a dispersarse, Benito levantó la vista y vio a un niño mendigo cuya apariencia era al parecer muy similar a la de Raúl Díaz de Vivar, el hijo del segundo hermano de Isabella.

Dicho niño tenía una pierna lisiada y corría con dificultad. Cuando Benito intentó atraparlo, alguien pasó empujando un carro, derribando a varias personas. Benito se detuvo para ayudar a levantar a los heridos.

Mientras ayudaba, volvió a mirar al niño mendigo. El niño, con su pierna lisiada, caminaba lentamente hasta que un hombre corpulento lo agarró y lo subió a un carro tirado por bueyes.

En ese momento, Benito gritó impulsivamente — ¡Raúl! — y el niño, que tenía la cabeza baja, la levantó bruscamente con una expresión de asombro e incredulidad.

Benito inmediatamente corrió tras el carro de bueyes, pero el mismo carro que había
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