Lastimé a alguien y me sentía intranquila y aún más molesta.
—Solo se rompió una capa de piel, y al regresar, aplicará un poco de pomada y estará bien. Sergio está herido, ¿lo enviaremos de regreso a descansar primero y luego al hotel?—Martín le entregó las toallitas húmedas a Sergio para que la presionara él mismo y se dio la vuelta para preguntarme.
No importaba nada de la hora, pues no era un banquete formal, solo un poco tarde, Bastó con llamar a mi madre para decírselo, y no hacía falta nada más.
Antes de que pudiera hablar, Sergio habló primero:
—Estoy bien, vamos directamente al restaurante, aún no he cenado.
Golpeé a Sergio, y mi disgusto casi desapareció. Dijo que iría al restaurante a comer juntos, y me dio vergüenza refutarlo.
Después de todo, fui yo quien lo lastimé.
Al entrar en la habitación, mi madre encontró la herida de Sergio con agudeza y nos preguntó sorprendida qué sucedió y cómo se lesionó.
Martín sonrió hoscamente, y yo estaba organizando el lenguaje en m