BEATRIZ
Nicola sigue sin contestarme el teléfono, insisto un par de veces más antes de salir de casa, al no ver cambio alguno, comienzo a preocuparme, tomo mi saco, las llaves del auto y me apresuro, mientras manejo le mando un mensaje de texto a Baster, para informarle que estaré afuera, antes de darle a la tecla de enviar, lo borro, no quiero molestarlo.
Piso el acelerador, la noche es fresca, llegando, noto que las rejas se abren solas debido al mecanismo eléctrico de sensores, aparco a las afueras, viendo el auto de Nicola y el de Milenka. El mal presentimiento llega con eso, trago grueso, me convenzo de que debe tratarse de asuntos de la empresa.
Antes de llamar a la puerta, vuelvo a llamarle, sigue mandando mis llamadas al buzón, levanto la mano y toco el timbre, una de las mujeres de servicio me abre.
—¿Diga?
—El Sr. Hill, me ha llamado…
—Pase —dice, haciéndose a un lado para darme el paso—. El señor está en su despacho.
—Gracias.
La señora se marcha y comienzo a caminar