24. MARCANDO TERRITORIO
ELLA
La mirada de la madre alfa pasaba de una caja a otra, solamente la caja de vino skuldenvine pertenecía a una cosecha cuyo valor supera el medio millón de dólares.
La rubia tenía la boca abierta y su olor solo empeoro, era realmente una bruja y no en el buen sentido. Me ofendía ponerme en su nivel, demeritar mi capacidad y mi honor.
-¿No olvidas algo?. - escuche la voz de Ragnar, grave casi como un gruñido.
Me giré a verlo, estaba de pie mirándome desde arriba con las manos en las bolsas del pantalón. Sus ojos glaciales tenían ese fuego que tanto me gustaba.
-¿Disculpa?. - claro que sabía a qué se refería. Pero quería que él me lo pidiera.
-¿Serías tan cruel de no traer un regalo para mi, Camellia?. - su voz fue suave pero demandante.
Me dio gusto escucharlo decirlo en voz alta. Era justamente esa clase de detalles que esperaba de él, ser demandante frente a todos, incluyendome. Cuando me tomó de la mano y se la llevó a los labios frente a la mirada atónita de los padres alfa, tuv