18. TRABAJO DURO
EL
Realmente no se habían equivocado al decirme que la marca me pondría a niveles de sintonía que no comprendía. Estaba escuchando susurros fantasmales, la voz de Camellia.
Sentía la necesidad de matarlo, olía a podredumbre; seguro que ella también lo percibió por los susurros que llegaban a mi con su voz, advertencias sobre lo peligroso que era dejarlo vivir.
Pero cuando me pare detrás de ella apenas rozando mi pecho a su nuca, la cercanía había intensificado esas vibraciones y susurros. El cuerpo de Camellia hervía en deseos de destrucción.
“Yo conozco este sentimiento”, pensé.
-Si, Vasseig es territorio de la manada Real. - El perfume de Camellia cambió rápidamente.
La vi bajar la mirada hacia el hombre.
-¿Que te hace pensar que necesitas mas territorio?, ¿Necesitas mas burdeles?. - La voz firme de Camellia resonó por toda la sala y los guardias miraban con desprecio al hombre.
-Mi señora, yo no tengo burdeles. Mi negocio es legítimo y mi familia ha crecido. Necesitamos espacio par