Pero hoy, con el calor, el hambre y la codicia que tengo, ni siquiera me molesté en empezar despacio, simplemente me senté y me senté dejándolo delirando con mi líquido y presión.
— Aaaaaaa... _ gime retorciéndose debajo de mí.
Me siento con más fuerza y entrecierra los ojos, transmitiendo todo su placer.
— Mila... _dijo mi nombre, mostrando su mar rojo en sus ojos. — D— ¡más despacio! _ pregunta, dando a entender que eso no era lo que él quería.
— P— ¿Por qué?
Él gime, echa la cabeza hacia atrás y su boca muerde los labios de ella.
— Si...si sigue me voy a venir!
— D— disfruta! _ pregunto, saltando sobre su miembro.
— ¿Qué?
— ¡Ven... ven por mí! _ pregunto, mordisqueando su oreja.
—¡Maldita s