Capítulo 40

Nadia.-

Pese a mi negativa me obligué a levantarme de la cama, arrastré los pies hasta la habitación de Lina, cuando abrí la puerta me detuve en seco al ver el gran desorden que había en el lugar. Su habitación en grande, no tanto como la de Emil o la que yo tenía anteriormente, pero con suficiente espacio para que viva una pareja y un pequeño.

— ¿Lina?

— ¡Ya salgo! –grita desde el baño muy animada.

— Uhm… ¿pasó un huracán por aquí y no nos dimos cuenta?

Camino por todas las bolsas y ropa tirada en el piso hasta mis ojos se fijan en algo muy particular que sé no pertenece a su closet ropa interior masculina, contuve la risa hasta que miré el perchero con más de cincuenta vestidos brillantes, arrugo mi nariz porque ya sé lo que se me viene.

— Tuviste sexo –me giro con los ojos abiertos, tenía una sonrisa divertida en el rostro con los brazos cruzados –no lo niegues, en la madrugada salí por agua y un tentempié y escuche tus gemidos, parecías una gata maullando.

— Uhm… –mis mejillas ard
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