—Lo sé. Hablaré con tu mamá y tus papás. Suerte es un buen hombre. Necesitamos irnos. Eh, ¿qué es esa cosa? —pregunté cuando ella se movió en mis brazos y miró a la gran gata.
—Eso es una Panterigre. En serio, es un amor. —dijo. Bueno, no usaría la palabra "dulce" después de que acaba de matar a alguien y herir a otros. Pero bueno. Me dio un beso en la mandíbula y miré hacia abajo. Le levanté un poco más y me incliné para besarla. Se apartó rápidamente, tapándose la boca con la mano.
—Mal aliento. Déjame cepillarme los dientes primero, ¿sí? —dijo, y me reí mientras le daba un beso en la cabeza en su lugar.
—Mal aliento o no, quiero besarte. —dije entre risas y ella me miró, sacudiendo la cabeza. Bueno, valió la pena intentarlo, pero en cuanto se cepille los dientes, no dudaré en acercarme a ella.
—Lo siento, Armonía, te lo compensaré. —dije mientras apoyé mi frente en la suya, sabiendo que yo había traído toda esta locura a su vida y a la de su familia. Yo era la razón por la que la se