—¡DETÉNGANLO! —gritó una voz mientras mamá me miraba. Soltó un quejido de dolor. Estaba en estado de shock.
—¡BUSQUEN AYUDA! —grité.-Mamá, quédate conmigo. Vas a estar bien, ¿si? Por favor, mamá, no cierres los ojos.
Ella escupió sangre mientras se atragantaba. -¡No, mamá, no!-grité, desgarrada por el dolor.
—Está bien, te quiero, Ángel —me dijo mientras papá intentaba tomar el control.
—No, quédate con nosotros. ¡¿Me oyes?! Quédate despierta, mamá. Te necesito. Todos te necesitamos. ¡BUSQUEN AYUDA! —volví a gritar mientras ella me sonreía con los ojos entrecerrados. Sus ojos se cerraron y quedó inmóvil. Grité con angustia y dolor.
La sacudí. ¡No, mamá, no!
—Mamá, despierta, ¡ni se te ocurra irte! —dije mientras me apartaban y me estrechaban contra el pecho de Ryder mientras mi padre trabajaba sobre ella. Sollozaba mientras comprobaba su pulso. Estaba frenético.
—¡Está viva! El pulso es débil, pero sigue con nosotros. ¡TRAIGAN AYUDA AHORA MISMO, CARAJO! —gritó mientras Marco y él traba