Dameron nunca había estado tan enojado en mucho tiempo y rara vez olvidaba. Después de la llamada telefónica, corrió directamente a su coche, dirigiéndose a la ubicación que le había dado el guardaespaldas que había asignado a Amelia.
No es que esperara que Amelia se quedara encerrada en la villa por mucho tiempo, pero aun así no esperaba que se fuera sin avisarle. Ninguna ciudad era demasiado segura y para una chica como Amelia, solo el cielo era lo suficientemente seguro para ella.
El teléfono de Dameron sonando le irritó muchísimo, pero aun así lo contestó al ver que era Macho. "Será mejor que sea importante o lo juro..."
"Oh, lo es, jefe," fue la respuesta de Macho del otro lado. "Son los mexicanos. Creo que encontré una manera de enviarles un mensaje que les dolerá mucho esta vez, jefe."
"Si estás pensando, no quiero escucharlo. Vuelve a llamarme cuando estés seguro," dijo Dameron, a punto de colgar, pero Macho respondió de inmediato.
"Lo siento, jefe. Mi fuente me dijo que los m