—Claro, no te preocupes, anda.
Verónica fue a recoger sus cosas mientras se quejaba en voz baja.
—Ya está grande para andar con estas cosas. Y eso que su matrimonio ni feliz es, ¿en qué estará pensando?
Regina sonrió.
—Así son los padres.
—¿Por eso te casaste tan joven? ¿Porque te estuvieron presionando?
—No, en ese entonces fue por… amor.
Verónica dejó de guardar sus cosas. La imagen del exesposo de Regina le vino a la mente. Había visto a Max y a Sebastián, pero si era sincera, el exesposo de su amiga le parecía mucho mejor. Era un hombre que se veía muy centrado y elegante, de esos que inspiran confianza.
Recordó que Regina le había contado que era doctor. Con curiosidad, le preguntó:
—¿Y entonces por qué se divorciaron?
Regina guardó silencio un momento.
—El amor de una sola persona no es suficiente para mantener un matrimonio.
—¿Estás diciendo que tu exesposo no te quería? Entonces, ¿por qué se casó contigo?
Verónica no lo podía creer. A fin de cuentas, Regina era guapísima y tení