Capítulo 50
—Déjame en paz. No puedes obligarme a quedarme contigo sin amor —estaba temblando imaginando mi futuro a su lado.
—¿Amor? ¿Crees que lo que siento por ti solo es un capricho? —gritó, golpeandoc con enojo su silla —. No voy a permitir que te burles de mí, Luisa. Me tuviste como un estúpido todo este tiempo, y crees que te dejaré irte con mi primo ¡Nunca!
—Mark, por favor, basta, tú sabes que esto no tiene sentido, no puedes retenerme, no puedes usar a mi hijo como un arma para herirme
—¡Claro que puedo! — gruño furioso con los ojos encendidos de rabia y enojo—. Te tengo en mis manos, legalmente, el niño es mío, El juez ya firmó, Así que más te vale estar aquí mañana, con mi hijo, antes de las 9 de la mañana, hermosa para estar a mi lado como la esposa ejemplar que siempre debiste ser.
—No… no lo haré —intente protestar con mis últimas ganas de lucha.
—Lo harás preciosa —sonrio —O despídete de Ethan para siempre, Y si se te ocurre decirle algo a Santiago, o a quien sea te ju