Selene despertó muy tarde al día siguiente. Era la primera vez en dos semanas que dormía más de dos horas. Se había desmayado por el cansancio y la impresión, pero ya ni siquiera eso le importaba. Se levantó, se bañó, se vistió y salió de la habitación. Spencer la estaba esperando fuera del apartamento para irse al hospital. Habían dos doctoras que la estaban esperando para hacerle un chequeo general. Bajó mucho de peso en dos semanas y eso estaba preocupando a todos en la organización.
—El análisis de sangre debería estar lista para hoy en la tarde. Necesito que comas. Estás por debajo de tu peso saludable. Tienes los labios agrietados y estoy segura de que no estás recibiendo la dosis correcta de nutrientes. ¿Cuántas comidas haces al día y que sueles comer? —le preguntó la nutricionista.
Selene ladeó la cabeza y se encogió de hombros como respuesta. Realmente no recordaba cuando fue su última comida decente.
—Una cucharada de arroz ayer en la noche —confesó. Spencer abrió los ojos