Dos semanas después...
Los peores días habían transcurrido desde la muerte de Nikolas. El padre del griego, Aquiles, se había hecho cargo de la organización mientras tanto. Spencer debía tomar el lugar como líder de la mafia, pero seguía esperando que le dieran respuestas de los cuerpos obtenidos. No era mal asesino, pero nadie quería pertenecer al Sacerdocio.
Esa organización fue formada por los chicos, los mejores asesinos, hombres estudiados y sabios. Tenían demasiados contactos y todos querían estar con ellos. El problema sería hacerse un nombre, actuar, trabajar y tomar decisiones. Todos ellos habían sido preparados para tomar los puestos de líderes.
Era una cuestión de jerarquía y respeto.
—Señora, debe comer. Solo está haciendo una comida al día y ha bajado demasiado de peso. Al jefe no le hubiese gustado verla así.
Selene se giró y miró el plato de comida. No es que ella no quisiera comer, es que simplemente no le daba hambre. Tomaba agua porque no le quedaba de otra y le da