Alek Vólkov
—Me alegra mucho saber que estás mejor, Faddei. Ahora solo queda que sigas al pie de la letra las instrucciones del médico para que puedas salir rápido del hospital.
—Creo que no es necesario seguir esperando más, señor. Yo me siento bien como para poder irme a casa y continuar con mis labores —replicó y reí al oirlo.
A pesar de todo, era uno de mis mejores trabajadores, por lo que me encontraba en el hospital velando por su salud y asegurándome de que estuviera recibiendo la mejor atención médica.
—Eso no será posible, al menos no por ahora ya que el médico te mandó reposo absoluto al menos por unas cuantas semanas —lo regaño su esposa, quién se encontraba en una esquina de la habitación observandonos hablar.
—Tonterías, el médico no me dirá qué hacer.
Eso sí, Faddei era más terco que una jodida mula.
—Hazle caso a tu esposa y tomate los días que sean necesarios, sabes que por mí no hay problema y más aún al saber que está como prioridad tu salud.
Podría ser