Toda la atención está en nosotros, Caleb y yo. Todos sus aliados están sentados en su sala de estar, hablando con ella y felicitándonos por nuestro compromiso. A pesar de sus palabras llenas de miel, parecen muy reservados sobre esta repentina alianza.
- ¿Cuánto tiempo hace que conoce el uno al otro? Uno de ellos me pregunta.
- Hace casi cinco meses. Les respondí _
Cinco meses es poco tiempo. Pero si les digo más, sabrán que está mal.
- ¡¿Y te comprometiste después de cinco meses?!
- Sí. Nosotros, en nuestro caso, no esperamos. Cuando estamos seguros de nuestra pareja, nos casamos rápidamente. Les digo _
Y no está mal. Pero nos miran con desprecio, porque esta práctica no es parte de su cultura. A menudo tardan años en proponerle matrimonio a su novia, mientras que para nosotros el matrimonio es el primer paso en una relación.
- Lo diré con franqueza. Dijo el mayor de ellos. No te creo. Demuéstranos que estás verdaderamente comprometido para que podamos regocijarnos.
- ¿Demostrar cómo